Hay personas a las que la música puede molestar a la hora de ejercitarse. Es el caso de los deportistas de élite que supervisan continuamente su ritmo y niveles de energía para lograr un rendimiento óptimo. A ellos, la música puede resultar una distracción.
No obstante, la música distrae del dolor y el cansancio, eleva el estado de ánimo, aumenta la resistencia, reduce el esfuerzo percibido e incluso puede promover la eficiencia metabólica.
Diferentes estudios afirman que la música influye de forma significativa en nuestra mente, motivándonos y haciendo más soportable el sufrimiento. A la hora de practicar deporte las personas pueden asociar una canción, ya sea por la motivación de su letra o por su ritmo, a un óptimo estado de la mente.
Sincronízate
Sin pensarlo, es posible que el instinto nos lleve a movernos de acuerdo al ritmo de la música que estemos escuchando. La sincronización puede ayudar al cuerpo a trabajar de forma más eficiente.
Durante un estudio hecho por la Universidad de Sheffield (Reino Unido) se manifestó que los deportistas que siguieron el ritmo de la música, necesitaron un 7% menos de oxígeno. Esto significa que consumieron menos energía.
Los expertos de la música destacan dos componentes:
- Velocidad o tempo. Medido en bites por minuto (BPM).
- Respuesta al ritmo o ese “no sé qué…” que nos hace bailar cuando escuchamos una canción.
¿Qué tipo de música es mejor para ejercitarte?
No existe una respuesta correcta a esta pregunta, puesto que cada persona tiene gustos diferentes y prefiere géneros específicos para escuchar mientras realiza alguna actividad. Por ejemplo, Michael Phelps, considerado como uno de los mejores nadadores de la historia, solía escuchar hip-hop para concentrarse y motivarse.
No importa cuál sea la preferencia en música. Lo verdaderamente importante es que sea un incentivo para ejercitarse y estar mejor cada día. Acércate a Fitness Time Xtreme y muévete al ritmo que prefieras.