La compañía durante el ejercicio es tan relevante como asistir al gimnasio para ejercitarse. Se le pueden atribuir muchas ventajas pues es un colega para realizar una actividad que puede resultar tan importante como asistir al trabajo o escuela.
A pesar de que ha pasado mucho tiempo desde que la gente se reunía a sudar en un recinto hace muchos, pero muchos años, y las técnicas para ejercitarse se han actualizado radicalmente, esa compañía o gym partner no ha cambiado.
¿Quién es un gym partner?
Es esa persona que va contigo al gimnasio siempre y que te lleva también si no deseas hacerlo. La relación entre ambas personas resulta algo diferente a las ya hechas o por venir.
Es una conexión independiente en sí misma y difícil de explicar si no se vive en carnes propias. No es un compañero de trabajo, ni un amigo de toda la vida o amigo de un amigo… es el amigo del gimnasio pues se convirtió en el vínculo que surge de una actividad común, determinada a hacer de manera deliberada, sin obligación explícita (aunque la sociedad siempre pida estar en forma) y, ya sea por imposición propia o por placer, nos une el querer ir al gimnasio. Un lugar físico y común sin el que posiblemente no existiría esa amistad.
¿Por qué es importante un gym partner?
A pesar de tener la voluntad firme por asistir al gimnasio, habrá ocasiones en las que se podrá flaquear y se preferirá procrastinar como una falsa recompensa a actividades realizadas o como justificación a un periodo extendido de asistir al gimnasio.
La fuerza de voluntad afectada puede verse reforzada por esa persona que nos acompaña a hacer ejercicio y puede ser recíproco al ser gym partner de alguien.
Al adquirir el compromiso con tu gym partner es complicado saltarse el entrenamiento. Por no dejar plantado al otro, se sale de la cama, se viste y se acude al gimnasio. Una vez ahí, por mucho que sea el cansancio, por poco que se quiera levantar esas pesas o hacer sentadillas, ahí está tu colega para motivarte, tanto verbal como no verbalmente. En el primero de los casos, ayuda a finalizar el ejercicio con alguna frase motivadora. En el segundo, siempre estará ahí cuando cueste trabajo hacer la última repetición y los brazos no respondan.
De forma sana se genera una competencia que hace estar a la misma altura del otro. Por lo que, en los tramos en los que cuesta más, habrá esfuerzo por alcanzarlo y retarse a sí mismo (estar a diferentes niveles de entrenamiento es en ocasiones, incluso, positivo).
De no tener un gym partner, posiblemente el esfuerzo quedaría por debajo de todo lo que se puede dar.
Aspectos que no se deben perder de vista
No todo es entrenar, hacer series y repeticiones. Además de compartir sudor, lágrimas, esfuerzos y resultados, el gym partner puede ser un excelente coach con quien se habla, se comparten experiencias y hasta sirve para desahogarse.
De inicio en la relación, la conversación gira en torno al gimnasio y todo lo que en él acontece, hasta la comida complementaria al entrenamiento. Poco a poco, podrán compartir preocupaciones y experiencias o hasta consejos cuando más se necesitan. Es en este punto cuando se apoya más la salud mental que la física. Compartir este tipo de conversaciones a veces es complicado, pero surgen de forma espontánea con esa persona que está allí, en el mismo espacio haciendo esfuerzos similares a los propios.
¿Dónde se consigue un gym partner?
Este tipo de individuos están donde menos se espera. Puede estar en ese amigo al que se convenció o nos convenció en ir a entrenar juntos hasta un compañero de trabajo, pasando por otras personas solitarias de gimnasio que buscan ayuda, puede estar en el entrenador personal o en actividades en grupo. Mucho del éxito en mantenerse asistiendo al gimnasio y conseguir excelentes resultados puede estar contenido en ese personaje… tu gym partner. Conócelo en Fitness Time Xtreme.
